En 1948, un abogado rumano llamado Benjamin Mendelsohn acuñó un término que cambiaría para siempre el sistema de justicia: victimología. Hoy, más de 75 años después, esta disciplina no solo estudia a las víctimas de delitos, sino que redefine cómo entendemos la justicia misma. ¿Por qué lo que le sucede a la víctima después del crimen puede ser tan devastador como el crimen original?
El Cambio de Paradigma: De Testigos a Protagonistas
Durante décadas, los sistemas penales funcionaron bajo una lógica simple: el Estado persigue al criminal, la víctima observa desde las gradas. Este modelo, heredado del derecho romano, relegaba a quien había sufrido el daño a un papel secundario, casi decorativo. La sentencia se dictaba pensando en el delincuente y la sociedad, raramente en quien pagó las consecuencias directas.
La victimología surgió precisamente para cuestionar esta invisibilización. No se trata solo de empatía o sensibilidad social: investigaciones de la ONU revelan que los sistemas que ignoran a las víctimas tienen tasas de reincidencia hasta 34% más altas. Cuando las víctimas no encuentran reparación real ni voz en el proceso, la justicia se convierte en un ritual vacío que no previene futuros delitos ni sana el tejido social roto.
La transformación ha sido profunda. Hoy, países como Colombia, España y México han incorporado figuras como la reparación integral del daño, los mecanismos de justicia restaurativa y la participación activa de las víctimas en audiencias. La víctima pasó de ser un «medio de prueba» a un sujeto de derechos con voz, necesidades específicas y poder real en el proceso penal.
Los Cuatro Pilares de la Victimología Moderna
La victimología contemporánea no es una disciplina monolítica. Su aporte al sistema de justicia penal se articula en cuatro ejes fundamentales que todo profesional del derecho debe comprender:
1. Victimización Primaria, Secundaria y Terciaria
La victimización primaria es el daño directo del delito: el robo, la agresión, el fraude. Pero aquí comienza algo inesperado. La victimización secundaria ocurre cuando el propio sistema de justicia retraumatiza: interrogatorios invasivos, revictimización mediática, procesos eternos que obligan a revivir el trauma. Estudios del Instituto Nacional de Ciencias Penales en México documentan que 62% de las víctimas de violencia sexual experimentan más angustia durante el proceso judicial que durante el delito mismo.
La victimización terciaria es aún más sutil: el estigma social, la exclusión laboral, el rechazo familiar que sufren ciertas víctimas (especialmente en delitos sexuales o relacionados con adicciones). La victimología busca mapear estos tres niveles para diseñar intervenciones integrales que rompan el ciclo de daño.
2. Tipologías Victimales y Factores de Riesgo
Uno de los aportes más controvertidos —y malinterpretados— de la victimología es el estudio de los factores de vulnerabilidad. No se trata de culpar a la víctima, sino de identificar qué condiciones socioeconómicas, psicológicas o situacionales aumentan el riesgo de victimización para poder prevenirlas. Niños en situación de calle, mujeres en contextos de violencia doméstica, adultos mayores aislados: cada grupo requiere estrategias de protección específicas que solo la investigación victimológica puede fundamentar.
3. Justicia Restaurativa y Reparación del Daño
El modelo punitivo tradicional pregunta: ¿qué ley se violó y qué castigo merece el culpable? La justicia restaurativa pregunta: ¿qué daño se causó y cómo puede repararse? Este giro, impulsado por la victimología, ha dado origen a círculos de paz, mediaciones víctima-ofensor y programas de reparación comunitaria que reducen la reincidencia mientras atienden las necesidades reales de quienes sufrieron el delito.
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En Canadá y Nueva Zelanda, los sistemas de justicia restaurativa para jóvenes infractores muestran tasas de satisfacción de las víctimas superiores al 80%, comparadas con apenas 40% en procesos penales tradicionales. La razón es simple: las víctimas no solo quieren castigo, quieren respuestas, reconocimiento y garantías de no repetición.
4. Atención Integral y Acompañamiento
La victimología también ha impulsado la creación de unidades especializadas: centros de atención a víctimas con psicólogos, trabajadores sociales y asesores jurídicos que acompañan cada etapa del proceso. Lo que antes era un laberinto burocrático que las víctimas debían navegar solas, ahora —al menos en sistemas avanzados— incluye traducción de documentos legales, terapia post-traumática y asesoría para acceder a compensaciones económicas.
Casos que Cambiaron el Sistema
La teoría cobra vida en casos concretos. En 2001, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a México en el caso González y otras («Campo Algodonero») por la desaparición y feminicidio de tres mujeres en Ciudad Juárez. Esta sentencia, fundamentada en principios victimológicos, obligó al Estado a crear protocolos de investigación con perspectiva de género, fiscalías especializadas y programas de reparación para familiares. El impacto se extendió por toda América Latina.
Otro ejemplo: el sistema de justicia transicional de Colombia post-conflicto integró masivamente la victimología. La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) no solo juzga crímenes de guerra, sino que centra todo el proceso en escuchar a las víctimas, documentar la verdad desde su perspectiva y garantizar reparación simbólica y material. Más de 300,000 víctimas han presentado informes, transformando la narrativa histórica del conflicto armado.
El Futuro: Inteligencia Artificial y Derechos de las Víctimas
La frontera actual de la victimología incluye herramientas inesperadas. Algoritmos de aprendizaje automático analizan patrones de victimización para predecir zonas y poblaciones en riesgo, permitiendo intervenciones preventivas. Aplicaciones móviles conectan a víctimas con asesores legales en tiempo real, eliminando barreras geográficas. Plataformas de realidad virtual ayudan a capacitar a operadores de justicia para evitar la revictimización durante interrogatorios.
Pero el desafío más grande no es tecnológico: es cultural. Cambiar siglos de pensamiento jurídico centrado en el castigo hacia uno centrado en la reparación requiere profesionales del derecho que comprendan profundamente la victimología, que vean a las personas más allá de los expedientes, que traduzcan investigación académica en políticas públicas efectivas.
Construyendo Bases para Transformar la Justicia
Si estos conceptos han despertado tu interés, estás frente a uno de los campos más dinámicos del derecho contemporáneo. La victimología no es una materia aislada: se entrelaza con criminología, derechos humanos, psicología forense y políticas públicas. Para quienes aspiran a especializarse en este ámbito, el primer paso es construir una formación jurídica sólida que proporcione las bases teóricas y prácticas necesarias.
Programas como la Licenciatura en Derecho en línea ofrecen esos fundamentos esenciales: comprensión del sistema penal, metodología de investigación jurídica, análisis de derechos fundamentales y técnicas de argumentación. Instituciones como UDAX Universidad, una universidad en línea con validez oficial ante la SEP, permiten desarrollar esta base académica con la flexibilidad que exige la vida moderna, preparando profesionales capaces de luego adentrarse en especializaciones avanzadas como la victimología aplicada.
La justicia del futuro no se construye solo con leyes más severas, sino con sistemas que reconozcan la humanidad de quienes han sido vulnerados. Y ese cambio comienza con profesionales dispuestos a ver el derecho desde una perspectiva radicalmente distinta.
